La Maquina de Escribir de Chicago

La crítica ha sido inusualmente inclemente con esta película, sin perdonar ninguno de sus errores, algunos bastante afortunados, convirtiéndose a la postre en sus grandes aciertos.

Alguno de estos buenos momentos son la fuerza interpretativa de los protagonistas que se empeñan en interpretar viejos hits, este es el caso de Anthony Hopkins que se quedo pegado en Hannibal Lecter, Hugo Weaving que sigue interpretando soberbiamente a un agente Smith victoriano y Benicio del Toro quien recrea a un hombre con una mala resaca, elija usted al personaje en cuestión.

Las sobre explicaciones acerca de todo al igual que los diálogos innecesarios y crípticos abundan, entorpeciendo el ritmo de la película pero enriquecen el acervo pop de las citas deliciosamente absurdas e inocentonas.

Por otra parte, la abundancia de escenas gore, criticada hasta el hartazgo como un enganche facilista, están en un pertinente equilibrio, rodadas a la antigüita, con mucho látex, maquillaje y supervisado por un genio de los FX como Rick Baker.

Si se hubiesen enfatizado los puntos anteriores, la película se hubiese transformado en una gran película serie B con presupuesto de serie A, lamentablemente toma los derroteros del “Dracula” de Coppola, una tragedia vacía como una novela de Jane Austen. Resultado de ello, la película se entrampa en una indefinición de identidad llegando a un desenlace descuidado y obvio.



The wolfman Serie cuico tirado flaite che guevara con caña