La Maquina de Escribir de Chicago

La anarquía pop-nihilista que profesan un sin número clones que adquirieron la forma de blogs muy desing, no nos preocupaba porque era hasta ahora un fenómeno dirigido a un pequeño segmento de la población acotado a un medio limitado que no exige mucha rigurosidad, pero cuando nos vemos enfrentados a este tipo de filmes reconocemos con espanto que los tentáculos de esta tibru urbana se han extendido a otros formatos que tienen el carácter de masividad, la música fue la primera victima, hoy es el turno del cine.

La película en cuestión, nos narra la historia de Javier, un joven de clase media bueno para fumar weed (como le dicen los mas avezados) y un balazo para la cerveza caliente, que sufre de eyaculación precoz, quedando al debe con su mas reciente conquista, por lo cual buscará reivindicarse durante toda la noche santiaguina.

Vaya a saber uno por qué, pero cuando la estética cool pop urbana es aplicada a las pseudo clase media nacional nadie es capaz de reconocer las falencias en su discurso, tratándolas con un inusual guante blanco incluso se le añaden cualidades inexistentes que hacen presumir lo temperamental que pueden llegar a ser algunos críticos de cine. (agregar link).

Si durante gran parte de los 90s estuvimos tristemente expuestos a un cine con pretensiones de mostrarnos “el mundo popular”, desconocido y fascinante para algunos, que caía constantemente en excesos de chuchadas y lugares comunes, se podría decir hoy que estamos frente a una tendencia opuesta en donde los realizadores ya no se esmeran por mostrarnos mundos “desconocidos” sino que lisa y llanamente nos hablan desde su mundo mas intimo, al parecer, un imaginario vacío.